miércoles, 13 de junio de 2007

Las bases neurológicas del déjà vu, o el ya lo vi



Todo el mundo lo ha sentido alguna vez. Súbitamente, en medio de un momento cualquiera, te asalta la sensación de que esa misma escena la has vivido o soñado con anterioridad. Este tipo de episodio se llama déjà vu, palabras en francés que significan “ya visto”. La sensación puede ser bastante intensa y puede alimentar todo tipo de creencias irracionales en lo paranormal (¿para anormales?). Se puede creer en una explicación a lo “The Matrix” o se puede intentar estudiar el comportamiento del cerebro para saber cómo y por qué nuestro cerebro nos puede jugar esta mala pasada.
Neurocientíficos del Picower Institute for Learning and Memory en el MIT reportan el pasado siete de julio en Science que han identificado por primera vez el mecanismo neuronal que nos ayuda a distinguir rápidamente lugares similares aunque distintos. Esto puede ayudar a explicar la sensación de déjà vu.
además, este trabajo podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para los desórdenes de memoria, confusión y desorientación que afectan a muchos individuos de edad avanzada y que tienen problemas para distinguir entre experiencias o lugares similares.
La formación de la memoria o recuerdos de lugares y contextos en la que los episodios se dan involucra una parte del cerebro denominado hipocampo. Susumu Tonegawa y sus colaboradores han explorado cómo tres regiones del hipocampo, las denominadas CA1, CA3 y la circunvalación dentada, contribuyen a los diferentes aspectos del aprendizaje y a la formación de recuerdos.
Este investigador pone como ejemplo la sensación de déjà vu que ocasional le invade cuando al viajar a otra ciudad usa su aeropuerto. Según él esto sucede porque las puertas, sillas, pasillos, etc. que hay en los aeropuertos son muy similares. Sólo mediante la búsqueda de características únicas se puede identificar un aeropuerto en concreto.
Según sus resultados el aprendizaje en la circunvalación dentada es crucial en el rápido reconocimiento y amplificación de estas pequeñas diferencias que hacen que un lugar sea único.
Los investigadores alteraron genéticamente unos ratones para poner de manifiesto cómo la circunvalación dentada contribuye a la clase de patrón de separación que nos dice la diferencia entre nuevos y viejos lugares.
Los ratones modificados genéticamente carecían de un determinado gen que se expresa normalmente en la circunvalación dentada. Si este gen, y por tanto esta región del hipocampo, estaba relacionado con este tipo de fenómenos se debería de poner manifiesto al comparar el comportamiento de estos ratones con el de ratones normales.
En los experimentos dispusieron de dos conjuntos diferentes de ratones (transgénicos y de control) cuyos individuos fueron colocados en dos cámaras similares. En una de las dos se les sometía a una pequeña descarga eléctrica mientras que en la otra no. Después de tres días los ratones estaban paralizados de miedo en ambas cámaras pese a que en una de ellas nunca se les hizo ningún daño.
Al cabo de dos semanas los ratones normales del grupo de control aprendieron a distinguir la cámara que les sometía a calambrazos de la que no. Sin embargo, los ratones genéticamente modificados tenían un significativo aunque transitorio déficit en su capacidad de reconocer y distinguir estos dos contextos similares.
Este estudio muestra que la plasticidad, o la habilidad a cambiar en respuesta a la experiencia, de la circunvalación dentada contribuye al aprendizaje espacial y al ajuste del patrón de separación.
Los investigadores han podido encontrar el camino de señales nerviosas subyacente a la evocación de un lugar específico. Si entramos en un lugar muy similar a un primer sitio en el que hayamos estado antes, un nuevo conjunto de neuronas crea un “plano” del lugar. Como los lugares son muy parecidos, el nuevo conjunto de neuronas coincide parcialmente con el existente que se corresponde con el lugar previamente visitado. Cuando hay suficiente solape entre los dos conjuntos experimentamos un episodio de déjà vu.
Según envejecemos, o avanzan los procesos degenerativos como el Alzeheimer, se torna más difícil formar recuerdos únicos para lugares o experiencias similares, desembocando en la confusión que aflige a los ancianos.
Mientras llega (espero que lo más tarde posible) ese tiempo, puede que súbitamente, en medio de un momento cualquiera, te asalte la sensación de que esa misma escena la has vivido o soñado con anterioridad. Horror, me parece que esto ya lo he escrito antes. ¡Qué sensación de déjà vu!

Fuente: Nota de prensa del MIT.

Volver a al página princupal

No hay comentarios: